martes, 7 de junio de 2016

Ángeles de Hierro

Ángeles de Hierro




A los Ángeles de Hierros, se les denomina así por el anhelo del humano de querer volar, por no tocar el suelo, transportarse de un lugar a otro sin la necesidad de caminar o usar un automovil

El hombre desde hace mucho años ha sido así, un inventor, un creador de ideas.
Existieron unos hermanos que quisieron volar, fueron los inventores del conocido avión, Los hermanos Wright, Wilbur (Millville, Indiana, 16 de abril de 1867 - Dayton, Ohio, 30 de mayo de 1912) y Orville (Dayton, Ohio, 19 de agosto de 1871 - 30 de enero de 1948), son nombrados en conjunto y conocidos mundialmente por ser pioneros en la historia de la aviación.

Los hermanos Wright eran fabricantes de bicicletas; sin embargo, son conocidos por sus contribuciones en el ámbito de la aviación. Llegaron a diseñar y fabricar un avión controlable, que fue capaz de planear en un corto vuelo impulsado con ayuda de una catapulta externa. 

Dicho avión nunca fue capaz de volar por sí solo, ya que su diseño no permitía que tuviese suficiente sustentación para mantenerse en el aire. Sin embargo, al lanzarlo al aire con una catapulta externa, se consiguió un corto vuelo, suficiente para probar el sistema de viraje y control del avión. Se afirma que su primer vuelo se realizó el 17 de diciembre de 1903, en Kitty Hawk, a bordo del Flyer I.1 Aunque hay discrepancias con respecto a esto.

Su gran aporte al vuelo fue el control de viraje mediante el balanceo. Hasta entonces los aviones existentes eran difíciles tenían diseños que los hacían difíciles de controlar por no haberse considerado la necesidad de inclinar las alas para cambiar de dirección. Lo metódico y minucioso del trabajo de los Wright estableció las bases para el vuelo de los aparatos más pesados que el aire.

Construyeron una especie de túnel aerodinámico para medir la sustentación que producen distintos perfiles a distintos ángulos de ataque. Hicieron volar controladamente un aeroplano de 35 kg, construido con los pesados materiales de la época, con un motor de sólo 19 caballos de fuerza (actualmente un ULM similar, de 23 kg, vuela con 54 cv). Las actuales reproducciones del Flyer I son muy difíciles de volar, incluso en manos de pilotos expertos, ya que necesitan un impulso externo proporcionado, por ejemplo, por una catapulta.